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Degradación alarmante de las condiciones laborales en el SDP: precariedad en las torres

El servicio de direccion de plataforma siempre ha sido esencial, como pasa con tantos otros, para el normal desarollo de las operaciones en el aeropuerto de Madrid Barajas. Una alta cualificación y continuos controles, tanto medicos como de formación, aseguran que los trabajadores siempre podrán dar su mejor versión cuando estén al cargo de los movimientos de las aeronaves en su área de responsabilidad, ya sea este en T4 o T123, desde las que pasan por sus manos el 80% del tráfico del aeropuerto.


El modelo de AENA siempre ha priorizado la oferta económica frente a la técnica. Y junto con su exclusión de la cláusula de subrogación en el pliego de 2016, cuando todavía era posible, ha conseguido que las sucesivas empresas recorten en lo único que proveen: en las personas.


Cuando el servicio comenzó, INECO aplicó el convenio de ingenierías y oficinas porque era el que tenían más a mano, pero las características del trabajo para el que este convenio se desarolló no tienen nada que ver con nuestra realidad diaria.


Esta falta de seguridad laboral en forma de subrogación y la inclusión de un convenio en el cual ni se recogía nuestra forma de trabajar ni nuestro salario, propició que se nos congelasen los salarios o, en el mejor de los casos, se aumentasen en porcentajes paupérrimos que no consiguieron jamás, ni siquiera, hacernos recuperar valor adquisitivo.




Al no contar con una normativa laboral firme, el SDP recurrió en sus inicios a un documento de ordenación del personal escrito por la empresa sin ningun consenso y que, aún dejando mucho que desear, mantuvo el tipo durante los primeros años. El problema siguió a la primera licitación de 2017 en la que este documento, al tener un ámbito de aplicación empresarial, no fue refrendado ni respetado por la empresa entrante (SAERCO) y, aprovechando el momento, recortaron en los derechos que más a mano tenían.



En la transición se perdieron 10 días de vacaciones, las horas aumentaron y los salarios veían como la inflación no hacía más que aumentar distancias.


Estos cambios produjeron que la plantilla se redujese por las bajas voluntarias de los que buscaban una minima seguridad laboral y que nunca fueron repuestas. Y ha sido tras esta última transición de 2023 cuando la empresa entrante, SKYWAY (antigua Ferronats), ha convertido el servicio en una sombra de lo que fue.


La empresa maquilla estas cifras asignando días libres extra a los trabajadores por iniciativa propia, intentando apartar la mirada de que han destruido la conciliación familiar de la que veníamos disfrutando con los días libres programados anualmente, a pesar de la naturaleza a turnos de nuestro trabajo. Actualmente, su programación de días libres anual nos recorta ese derecho en 34 días si se compara con nuestros inicios en INECO y producen, junto a las insuficientes subidas de los salarios, que una incorporación nueva sufra de una disminución de un 41% del salario por hora respecto a la misma en 2011 (fecha de inicio del SDP) quedándose esta cifra cerca del salario medio de Madrid cuando antes lo superaba en un 30%.



Para sumar sangre a esta escabechina, SKYWAY ha decidido, como ninguna otra empresa hizo jamás, descontar el salario del período de baja de los trabajadores que, junto a los salarios en descenso, dejan este panorama para alguien que necesite mantener una baja de corta o media duración.



En un trabajo en la que incluso determinadas medicaciones hacen incompatible la asistencia al trabajo, la empresa penaliza la baja médica justificada con el pago del 0% del salario los primeros 3 días como dicta el convenio y jamás se había aplicado, a buen criterio de las anteriores empresas. Esta medida obliga a los trabajadores a elegir entre un sustento necesario, ya se puede ver en la gráfica la merma económica, o asistir al trabajo con las capacidades mermadas, afectando a la seguridad.


Este resumen de las condiciones más visibles del SDP, deja claro cuál es el problema acuciante del servicio: un convenio sectorial con la figura de la subrogación que nos proteja del modelo de AENA, que permite bajadas temerarias en la oferta económica, como esta última de SKYWAY (antigua ferronats)

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