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Huelga del servicio de dirección de plataforma de Madrid Barajas, las torres contra la precariedad laboral

No aguantamos más, en el Servicio de Dirección en Plataforma (SDP) del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas nos vemos obligados a convocar una huelga desde el 31 de diciembre hasta el 7 de enero. Esta acción responde a meses de intentos por solucionar, a través de vías legales y negociaciones, una situación laboral insostenible que afecta directamente la seguridad de las operaciones aeroportuarias. 


Este servicio aeroportuario, como tantos otros, juega un papel crítico en las operaciones del aeropuerto. Nos encargamos de ordenar el movimiento de los vuelos en superficie, desde dos de las torres de barajas, en una amplia zona que abarca el 70% de las calles de rodaje del aeropuerto, aunque no somos controladores aéreos, algunas de nuestras funciones son similares, pero somos servicios completamente distintos.


La problemática surge tras la adjudicación del servicio a Skyway en 2022, que ofreció un 15% menos que la empresa anterior y más de un 30% inferior al precio de salida. Esta reducción ha resultado en la incapacidad de mantener las condiciones laborales anteriores, aprovechándose de la ausencia de subrogación y convenio colectivo en un servicio esencial de interés público.

 

Desde 2011, el SDP ha experimentado un deterioro progresivo en las condiciones laborales y la calidad del servicio bajo diversas empresas. La gestión actual de Skyway, con su bajada sobre el precio inicial de la licitación, ha intensificado el problema en un contexto económico de una inflación acumulada del 24% desde 2011 mientras los salarios nunca han subido en consonancia y los de las nuevas incorporaciones han caído más de un 30%.

 

Los trabajadores se enfrentan a la pérdida de días libres, reducción de descansos, penalizaciones por bajas médicas (jamás vistas en el servicio), disminución de personal, aumento de responsabilidades y congelación salarial con unos salarios que, de entrada, están demasiado cercanos al salario mínimo. 

 

El personal se ve obligado a trabajar en turnos rotativos, nocturnos, sin festivos y someterse a exigentes pruebas médicas y de formación continuada, cuya no superación puede suponer la pérdida del empleo, por ejemplo, por un colesterol alto. La falta de subrogación en las sucesivas licitaciones cada 4 años les fuerza a reiniciar sus carreras una y otra vez y judicializar las transiciones con el consiguiente coste extra emocional y económico que ello conlleva para hacer valer nuestros derechos, posiblemente seamos el ÚNICO servicio aeroportuario crítico sin subrogación y uno de los más especializados.


Vamos a la huelga también porque somos testigos de cómo se ha ido deteriorando el servicio y degradando la seguridad, porque tenemos miedo de las consecuencias que podría tener y porque parece que a nadie le importa.

 

La situación ha derivado en extenuantes jornadas debido al pluriempleo y a una alta rotación de plantilla, comprometiendo la experiencia y concentración necesarias en un servicio crítico para la seguridad aeroportuaria, donde el 60% del personal tiene menos de 6 años de experiencia, fruto de la nula seguridad laboral. 


¿Cómo es posible que dada la sensibilidad del servicio y su vital importancia dentro del engranaje de Madrid Barajas se haya llegado a una situación tan lamentable?


La primera responsable sería AENA ya que licita el servicio al mejor postor amparados en la protección del erario público y el libre mercado, ideas ambas que compartimos, pero que han fracasado rotundamente en la realidad creando un modelo de gestión low cost sustentado en las espaldas de los trabajadores y la degradación del servicio.


Skyway, actual empresa prestataria, hizo un plan de transición salvaje, obligando a los trabajadores con años de experiencia a pasar por un proceso de selección humillante en LinkedIn, tratando de despedir a dos compañeros para atemorizar al resto, disminuyendo tiempos de descanso, días de libranza, pretendiendo consolidar con un convenio de mínimos unas condiciones impuestas que violan flagrantemente los derechos adquiridos durante años y continuando con la aplicación del convenio de ingeniería, cuando dadas nuestras funciones está claramente fuera de lugar. No contamos con la subrogación, la tenemos que ganar en los tribunales licitación a licitación lo que nos deja a los pies de los intereses de las empresas licitadoras.


Al aeropuerto parece que les da igual que el servicio tenga una rotación similar al de un restaurante de comida rápida, que las prestatarias lo utilicen como un activo de sus escuelas de control de donde conseguir mano de obra barata o que sus trabajadores estén cansados y se les castigue por ponerse enfermos.


Esta huelga busca resaltar la merma inaceptable en la seguridad operativa y la calidad del servicio en Barajas, poniendo en riesgo primordialmente al pasajero. Se exige a la empresa adoptar medidas urgentes y atender las propuestas de la plantilla para restaurar los derechos laborales mediante la negociación del primer convenio sectorial para el servicio, que garantice estándares de calidad acordes con la importancia crítica de las tareas desempeñadas.


Lamentamos los perjuicios totalmente ajenos a la voluntad de este colectivo que puedan ocasionar los paros convocados a los usuarios de del transporte aéreo y que hemos intentado evitar durante un tortuoso camino de meses de solicitudes, procesos y burocracia.






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